Leer es espectacular. Cuando estás aburrido eso es lo mejor. Por eso yo os aconsejo leer mucho.
Supongo que muchos tendréis televisión en el cuarto pero seguro que si os castigan no podréis verla. Cuando te castigan y no puedas jugar con las maquinitas o con el ordenador, el libro es tu mejor amigo, te cuenta historias preciosas y con él se te pasa el tiempo volando.
Leer exige un pequeño esfuerzo de imaginar a los personajes, el lugar donde sucede, las casas o la forma de vivir. No como la tele que sólo exige buscar el mando y cambiar el canal o subir el volumen. Leer es ir a la luna, retroceder hasta la Edad Media, pensar como un detective. Leer es imaginar. Por eso hay libros de todo y son mejores que la televisión o los videojuegos, que a veces se estropean, pero los libros aguardan ahí, en la estantería esperando que vosotros los cojáis, los abráis y los leáis.
Por eso cada vez que veáis un libro que os llame la atención no os calléis, decidle a vuestras madres que os lo compren.
Los libros son como los abuelos, cuentan cuentos, pero los libros nunca se van.
CUENTOS DE ANDERSEN
CITAS ANÓNIMAS (no sabemos quién lo dijo)
"La felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…"
CHISTES CORTITOS
- Papá, ¿Dónde está Rusia?
- Eso pregúntaselo a tu madre que es la que ordena la casa.
FRASES FAMOSAS
No haré chirriar la tiza
No haré chirriar la tiza
Si no eres parte de la solución, eres parte del problema.
Les Luhtiers
“La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien la enciende, me voy a la biblioteca y leo un buen libro"
Groucho Marx
Cuando más importante sea la tarea que estás haciendo, más probabilidades hay de que se te rompa la punta del lápiz.
Primera ley del cole
Primera ley del cole
Esto era una vez un rebaño de elefantes. Había elefantes jóvenes, elefantes viejos, elefantes gordos, elefantes altos y elefantes flacos. Elefantes así y asá y de cualquier otra forma, todos distintos, pero todos felices y todos del mismo color . . . menos Elmer.
Elmer era diferente. Elmer era de colores. Elmer era amarillo y naranja y rojo y rosa y morado y azul y verde y negro y blanco. Elmer no era color elefante 

Caminó a través de la selva y se encontró con otros animales. Todos le decían: Buenos días , Elmer. Y Elmer contestaba a cada uno: ¡Buenos días!
continuará...
¿Te está gustando Daniel? ¿Y a ti Irene?
Después de una larga caminata, Elmer encontró lo que andaba buscando: un árbol bastante alto. Un árbol lleno de frutos color elefante. Elmer agarró el tronco con la trompa y sacudió el árbol hasta que tdos los frutos cayeron al suelo.
Cuando el suelo quedó cubierto de frutos, Elmer se tiró encima de ellos y se revolvió una vez y otra, de un lado y del otro, hasta que no quedó ni rastro de amarillo, de naranja, de rojo, de rosa, de morado, de azul, de verde, de negro o de blanco. Cuando terminó de revolcarse, Elmer era igual que cualquier otro elefante.
Después de esto, Elmer emprendió el camino de vuelta a su rebaño. Se encontró de nuevo con los animales. Esta vez le decían todos:
Buenos días, elefante. Y Elmer sonreía y contestaba:
Buenos días – y estaba encantado de que no le reconocieran.
Cuando Elmer se encontró con los otros elefantes vio que estaban todos de pie y muy quietos. Ninguno se dio cuenta de que Elmer se acercaba y se ponía en el centro del rebaño.
Al cabo de un rato Elmer se dio cuenta de que algo raro pasaba; pero ¿Qué podía ser? Miró a su alrededor: era la misma selva de siempre, el mismo cielo luminoso de siempre, la misma nube cargada de lluvia que aparecía siempre de vez en cuando y finalmente los mismos elefantes de siempre. Elmer los miró bien.
Continuará...
Los elefantes permanecían completamente quietos. Elmer no los había visto nunca tan serios. Cuanto más miraba a aquellos elefantes tans erios, tan silenciosos, tan quietos y tan aburridos, más ganas le entraban de reír. Por fin no pudo aguantarse más, levantó la trompa y gritó con todas sus fuerzas:
¡¡¡TURURÚÚÚ. . . .!!!
Los elefantes saltaron por el aire de pura sorpresa y cayeron patas arriba:
Ah, uh, oh . . .! exclamaron, y luego vieron a Elmer que se moría de risa.
¡Elmer! –dijeron. ¡Seguro que es Elmer! Y todos los elefantes empezaron a reírse como nunca se habían reído antes.
Y mientras se estaba riendo empezó a llover; la nube descargaba toda el agua que llevaba y los colores de Elmer empezaban a verse otra vez. Los elefantes se reían cada vez más al ver que la lluvia duchaba a Elmer y le devolvía sus colores naturales.
Continuará

Cuando el suelo quedó cubierto de frutos, Elmer se tiró encima de ellos y se revolvió una vez y otra, de un lado y del otro, hasta que no quedó ni rastro de amarillo, de naranja, de rojo, de rosa, de morado, de azul, de verde, de negro o de blanco. Cuando terminó de revolcarse, Elmer era igual que cualquier otro elefante.
Después de esto, Elmer emprendió el camino de vuelta a su rebaño. Se encontró de nuevo con los animales. Esta vez le decían todos:
Buenos días, elefante. Y Elmer sonreía y contestaba:
Buenos días – y estaba encantado de que no le reconocieran.
Cuando Elmer se encontró con los otros elefantes vio que estaban todos de pie y muy quietos. Ninguno se dio cuenta de que Elmer se acercaba y se ponía en el centro del rebaño.
Al cabo de un rato Elmer se dio cuenta de que algo raro pasaba; pero ¿Qué podía ser? Miró a su alrededor: era la misma selva de siempre, el mismo cielo luminoso de siempre, la misma nube cargada de lluvia que aparecía siempre de vez en cuando y finalmente los mismos elefantes de siempre. Elmer los miró bien.
Continuará...
Los elefantes permanecían completamente quietos. Elmer no los había visto nunca tan serios. Cuanto más miraba a aquellos elefantes tans erios, tan silenciosos, tan quietos y tan aburridos, más ganas le entraban de reír. Por fin no pudo aguantarse más, levantó la trompa y gritó con todas sus fuerzas:
¡¡¡TURURÚÚÚ. . . .!!!
Los elefantes saltaron por el aire de pura sorpresa y cayeron patas arriba:
Ah, uh, oh . . .! exclamaron, y luego vieron a Elmer que se moría de risa.
¡Elmer! –dijeron. ¡Seguro que es Elmer! Y todos los elefantes empezaron a reírse como nunca se habían reído antes.

Continuará
¡Ay, Elmer! Tus bromas han sido siempre divertidas, pero ésta ha sido la más divertida de todas –dijo un viejo elefante, ahogándose de risa. Y otro propuso:
Vamos a celebrar una fiesta en honor de Elmer. Todos nos pintaremos de colores y Elmer se pondrá de color elefante.
Y eso fue justamente lo que todos los elefantes hicieron. Cada uno se pintó como mejor le pareció y, desde entonces, una vez al año repiten esta fiesta. Si en uno de esos días especiales alguien ve a un elefante color elefante, puede estar seguro de que es ElmerVamos a celebrar una fiesta en honor de Elmer. Todos nos pintaremos de colores y Elmer se pondrá de color elefante.
12 comentarios:
Si me está gustando mucho.
Daniel.
Me encanta la historia del elefante por capítulos.Las ilustraciones son preciosas.
me gusto el cuento
esta super guay este cuento
A sido el mejor cuento de elefantes que e leído nunca.
que mono es el mejor
Me has dejado impresionada. No encuentro palabras.
Ha sido increíble todas las cosas que hay puestas en la página. Soy Ana de 5.
Es super guay la página más bonita que he visto.
ola me gusta todo lo k a jecho la profesora ISABEL
Hola,me encanta esta página y todo el blog.Ahora tengo una pequeña duda...
¿Todo el blog lo has hecho tu sola profesora Isabel?Si fue a si tuvo que costar mucho tiempo.
Ha sido impresionante todo el trabajo que hace para que quede perfecto.
Sinceranente es un gran trabajo el que ha hecho.
Espero que ponga mas cosas.
Publicar un comentario